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CONSEJOS PARA SUBIR NUESTRO ESTADO DE ÁNIMO

¿Qué es el “Estado de Ánimo”?

El estado de ánimo es un acontecimiento psíquico, perteneciente al conjunto de la afectividad humana, que tiene una importante repercusión e influencia sobre otras funciones fisiológicas y psíquicas de las personas.

El estado de ánimo se compone de emociones y sentimientos, elementos que conviene diferenciar a pesar de sus similitudes.

Mientras que las emociones tienen un carácter más agudo e intenso y una duración más efímera; los sentimientos son estados anímicos más difusos, experimentados de forma más progresiva y con una mayor duración que las emociones. Ejemplos de emociones son el miedo, la alegría o el enfado; mientras que estar enamorado sería un ejemplo de los sentimientos que experimentamos las personas.

El estado de ánimo es uno de los motores del ser humano. Sin embargo, a veces debemos de transitar por momentos en los que nuestro estado de ánimo es negativo y displacentero, es decir, todos atravesamos temporadas en las que el balance del conjunto de emociones y sentimientos que experimentamos no nos hace sentir bien. Esos momentos pueden estar marcados por la tristeza y la apatía, lo que puede traducirse en llevar a cabo las tareas del día a día sin vitalidad ni ilusión. En tales ocasiones, invadidos por la desesperanza, parece que los momentos de bienestar no van a volver. Por ello, es importante conocer algunas estrategias para mejorar nuestro estado de ánimo.

tips para subir nuestro estado ánimico:

1. Mantener una alimentación sana y equilibrada.

Lo que comemos influye en nuestro estado de ánimo, pero también nuestro estado de ánimo influye en lo que comemos. Es bien conocido que, cuando estamos tristes, tendemos a alimentarnos de comida “basura” que, si bien a corto plazo nos hace sentir mejor, a medio/largo plazo su consumo continuo puede provocar efectos perjudiciales en nuestro organismo, tanto fisiológicos como psíquicos, que además, a su vez, retroalimentan el malestar.

Para subir el estado de ánimo es necesario seguir una alimentación basada en alimentos y no en productos, es decir, desterrar los procesados en la medida de lo posible y optar por alimentos tales como verduras, frutas, tubérculos y proteínas frescas de calidad (pescados, carnes, huevos). Son alimentos muy recomendados aquellos ricos en triptófano (como las nueces, el atún o las sardinas), aminoácido precursor de la serotonina, neurotransmisor implicado en la regulación del estado anímico, el estrés y el apetito, muy relacionado con la sensación de bienestar.

2. Mantenerse físicamente activo.

El ejercicio físico ha demostrado ser una de las opciones más eficaces a la hora de mejorar el estado de ánimo. Los potentes efectos antidepresivos que se evidencian por la práctica continuada de deporte se deben a que, cuando realizamos una actividad física, nuestro cuerpo produce un aumento de endorfinas, hormonas que se relacionan con el bienestar emocional.

No es necesario correr maratones o realizar grandes esfuerzos, basta con mantener una actividad física regular. Puede ser desde una caminata de 30 minutos al día al aire libre (cantidad mínima recomendada por la OMS), hasta una clase de baile, un paseo en bicicleta o alternar varias de estas actividades. Es importante desterrar el perfeccionismo en nuestra actividad física y darle prioridad a aquello que nos hace sentir bien. Cualquier actividad que nos guste es válida para subir el ánimo, y lo más recomendable es realizar ejercicio al menos tres veces por semana con una duración de entre 20 y 60 minutos.

3. Mantenerse socialmente activo.

La tendencia al aislamiento es un efecto colateral muy frecuente cuando nuestro estado de ánimo se torna más negativo. En esos momentos nada nos apetece más que encerramos en casa, y el plan más atractivo es tumbarnos en el sofá y no tener contacto con nadie, desechando todas las propuestas que nos hacen con la primera excusa que se nos viene a la mente. Sin duda, evitar el contacto social resulta contraproducente para nuestro estado anímico, si esta actitud se mantiene en el tiempo.

Tener contactos de calidad con personas queridas o allegadas, conocer gente y socializar tiene importantes efectos positivos sobre nosotros, todo ello eleva de forma notoria nuestro ánimo.  Compartir nuestros estados emocionales, sentir el apoyo de las personas allegadas o conocer gente nueva con la que distraernos, genera potentes efectos protectores frente a las sensaciones de desánimo. El ser humano es un animal social que disfruta de generar vínculos y establecer conexiones emocionales.

4. Mantenerse activo y distraído: la importancia de las rutinas.

Mantener y establecer una rutina diaria favorece la mejora del ánimo debido a que proporciona un sentido de estabilidad y coherencia en el día a día, disminuyendo la impredecibilidad o la incertidumbre de no saber qué nos espera cada día al levantarnos. Las rutinas se pueden plantear de distintas maneras: horarios estables de sueño, actividad física o planificación de comidas, por ejemplo.

5. Descansar adecuadamente.

Mantener una higiene del sueño adecuada es un factor fundamental para conservar un buen estado de ánimo. La descompensación en el número o regularidad de las horas de sueño pueden causar desequilibrios químicos que favorecen estados de ánimo negativos. La falta de energía, la irritabilidad o la sensación de pesadez son consecuencias habituales de unos hábitos de sueño inadecuados.

Para mejorar el estado de ánimo es importante dormir y descansar el tiempo suficiente, en torno a unas ocho horas. No obstante, no sólo el número de horas es importante, también lo es la estabilidad en los ritmos del sueño, siendo recomendable seguir la misma rutina todas las noches e irse a la cama y despertarse normalmente a una hora regular.

6. No abusar del alcohol u otras sustancias nocivas como drogas.

El abuso de alcohol, o de otras drogas, puede retroalimentar las sensaciones negativas, como la tristeza, la desmotivación y la apatía, debido a los efectos químicos depresógenos que tiene sobre nuestro sistema nervioso.

¿Cuántas veces, en momentos “de bajón”, pensamos que irnos de cañas nos animará y se nos pasará “todo”? Esta acepción encierra cierta verdad, pero no es por el consumo de alcohol. Los efectos positivos que tienen este tipo de actividades sobre el estado de ánimo los produce el hecho de socializar, ya que normalmente estas son actividades que solemos hacer en grupo, acompañados de personas con las que nos sentimos bien. El efecto positivo sobre nuestro bienestar no es por la toma de alcohol, sino por el momento de compartir, disfrutar, reír… con personas apreciadas. A pesar de que los efectos del alcohol u otras drogas puedan generar momentos de euforia y sensaciones positivas, pasada la euforia, alcohol y drogas producen estados de ánimo depresivos.

7. mantener un Diálogo interno positivo y constructivo.

Cómo nos referimos a nosotros mismos es, en muchas ocasiones, el reflejo de cómo nos sentimos. Expresiones como “soy un inútil”, “no valgo para nada”, “todo me sale mal”… pueden ser verbalizaciones de cómo nos sentimos realmente. Un diálogo interno excesivamente crítico retroalimenta el estado de ánimo negativo, ya que pone el foco sobre aspectos negativos de uno mismo o de los resultados de una actividad realizada. Este tipo de verbalizaciones impiden apreciar el panorama completo y evaluar nuestra ejecución o nuestras características de manera más objetiva.

Identificar las situaciones de diálogo crítico y autodestructivo será fundamental para tomarnos un momento en el que valorar la situación de manera más positiva y realista, para construir un juicio alternativo. Ello nos permitirá entender las cosas en el contexto en el que ocurren y darles un sentido tratando de no caer en sesgos cognitivos donde todo lo malo que ocurre es atribuible a la propia conducta o a defectos de uno mismo. Mejorar el diálogo con uno mismo también supone mejorar la relación con uno mismo, mejorar la autoestima, y subir el ánimo.

8. Buscar las causas de la tristeza.

En línea con lo anterior, es conveniente tratar de hacer un ejercicio introspectivo e identificar qué quiere decirnos la tristeza subyacente a un peor estado de ánimo. No hay emociones positivas ni negativas per se, sino que todas las emociones tienen una función.

La tristeza aparece cuando ocurre un cambio en nuestra vida, un cambio que nos supone alguna pérdida importante. La tristeza es una emoción que, aunque muy desagradable y molesta, tiene una vertiente adaptativa, ya que nos permite tomarnos el tiempo necesario para adaptarnos a la nueva situación e informa a nuestro entorno de que necesitamos apoyo emocional para ello. Si nos sentimos tristes, bajos de ánimo, debemos preguntarnos por qué, identificar las fuentes de esa tristeza para poder hacerle frente. 

9. Mantenerse anclado en el presente.

Si estamos continuamente anclados en sucesos del pasado, a los cuales no podemos encontrarles sentido y vuelven continuamente, estamos reviviendo esas experiencias una y otra vez, lo cual impide experimentar sensaciones positivas en el momento actual. Por ello, es recomendable tratar de poner el foco en el momento presente, en las rutinas y actividades cotidianas del día a día, tratando de dejar a un lado los acontecimientos del pasado y los pensamientos intrusivos que rompen nuestra concentración.

No obstante, si ciertos episodios vuelven a nuestro presente una y otra vez, puede ser recomendable consultar con un profesional que nos ayude a entender que está ocurriendo.

10. Puede ser necesario buscar ayuda profesional.

Cuando las sensaciones desagradables de malestar se alargan y prolongan en el tiempo, generan estados de vacío y desmotivación. Además, no siempre está clara la causa de la tristeza o no siempre es fácil identificar qué ha generado ese sentimiento. Esta ausencia de sentido empeora la situación por la incertidumbre y la sensación de falta de control. Por ello y a pesar de poner toda tu energia en subir tu estado de animo, el malestar persiste, debes de buscar ayuda profesional (Psicologo) que te ayude a conectarte con esa parte de ti que te genera malestar.

Por ello en M&T contamos con un amplio equipo profesional con experiencia y dispuesto a ayudarte. CONTACTANOS!!!

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¿QUÉ ES EL AUTOESTIMA Y CUALES SON LAS SEÑALES DE BAJA AUTOESTIMA?

¿QUÉ ES EL Autoestima?

La autoestima es el amor, respeto, consideración, aprecio,etc, que cada uno de nosotros tiene hacia sí mismo. Se comienza a desarrollar en la infancia y tiende a ser más estable a partir de la adolescencia. Está influida por todas aquellas experiencias vividas, por nuestra capacidad para dar solución a las diversas situaciones que se nos presentan, por el reconocimiento, apego y cariño recibido por las personas de nuestro entorno, sobre todo de aquellas que son significativas, referentes afectivos importantes en nuestra vida, y por muchas otras circunstancias como nuestra forma de pensar o el padecimiento de enfermedades, entre otras.

¿PARA QUE NOS SIRVE EL AUTOESTIMA?

Nos ayudará a aceptar mejor los cambios y a desarrollar la resiliencia (capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc). Nos otorga motivación en la consecución de nuestras metas. Nos permite saber cuáles son nuestras fortalezas y puntos a mejorar, por lo tanto, podremos avanzar a intentar lograr nuestros objetivos y ello, aumentará nuestra capacidad de éxito.

TIPOS DE AUTOESTIMA:

1. Autoestima hinchada

Las personas con autoestima inflada se creen mejores que los demás y no dudan en infravalorar al resto. Es muy negativo, pues les impide establecer relaciones afectuosas y sanas. La competitividad siempre está presente y quieren estar siempre por encima de los demás.

Para estas personas, la felicidad reside en alcanzar el éxito, pero la realidad es que no logran ser felices con esta actitud.

Esta clase de individuos se caracterizan por ser incapaces de escuchar a los demás y de hacer autocrítica. No son capaces de corregir sus propios errores y, por lo tanto, culpan a los demás constantemente.

  • Además, suelen menospreciar al resto de las personas adoptando un comportamiento hostil hacia ellas.
  • A estas personas les cuesta mucho establecer relaciones sanas con los demás. Siempre ven al resto como competencia.
  • No obstante, debemos atender que no estemos en ocasiones ante una falsa autoestima.
  • Quizás tras ese afán de sentirse siempre el mejor haya una persona muy insegura, con muchos miedos que la hacen mostrarse como algo que en realidad no es.

** Si una persona con autoestima inflada es muy superficial y materialista, probablemente tenga una falsa autoestima inflada.

2. Autoestima alta

La autoestima alta es nuestro punto ideal de equilibrio (Cutler, 1995). Es positiva, pues logra hacer que la persona llegue a estar satisfecha con su vida. ¿Esto implica que no habrá barreras y muros que saltar? En absoluto, pero la confianza en uno mismo y la valentía de enfrentarse a los problemas que puedan surgir hacen que todo sea mucho más fácil.

El autor Shilling, nos indica además que las personas con alta autoestima no se sienten superiores al resto. Tampoco buscan probar su valor comparándose con los demás. Disfrutan siendo quienes son, no siendo mejor que la media.

  • Creer en uno mismo, confiar en tu persona es lo que caracteriza a las personas que poseen este tipo de autoestima.
  • Ahora bien, esto no las hace arrogantes, ni se sienten mejor que nadie.
  • Solamente tienen la seguridad necesaria para evitar que las circunstancias y los acontecimientos negativos las desestabilicen.

Ahora bien, dentro de este tipo, existen las personas que sí se pueden ver desestabilizadas. Es decir, no son capaces de mantener esta autoestima alta de forma constante.

3. Autoestima baja

Las personas con autoestima baja no se valoran, no confían en sus posibilidades y la inseguridad que puedan sentir se traslada a casi cualquier situación. El miedo al fracaso es algo que las atormenta y bloquea. Son el ejemplo de las personas infelices.

Tienen momentos de euforia en los que todo les va bien, pero cuando las cosas se empiezan a torcer su autoestima baja muy rápido. Son personas muy influenciables y sensibles, que suelen mostrar su opinión, pero sin defenderla.

Señales de Baja Autoestima:

  • Sentirse inseguro muy a menudo.
  • Necesitar siempre la aprobación de los demás.
  • Sentirse poco feliz, descontento, triste, ansioso, culpable, poco atractivo sin tener motivos aparentes para ello.
  • No sentirse motivado y no intentar lograr aquello que se anhela por pensar que no se es capaz de conseguirlo.
  • Falta de relaciones sociales con el entorno, aunque se deseen, por temor a fracasar.
  • No expresar opiniones, sentimientos o gustos por pensar que son menos importantes o válidos que las de los demás. Nunca imponerse, ni aunque sea necesario. Sentir que no se puede aportar nada…
  • Compararse con los demás constantemente, sentirse evaluado siempre, ver a las demás personas como mejores o superiores.
  • Envidiar la vida de otras personas.
  • Atribuir los éxitos a causas externas y los fracasos a uno mismo.
  • Incapacidad para tomar decisiones por temor a estar equivocado y no estar contento con lo que se hace.
  • Reconocer sólo las propias debilidades o dificultades, nunca las fortalezas de uno mismo.
  • Falta de iniciativa.

Cuando se tiene baja autoestima, la percepción y evaluación que se hace de uno mismo es negativa, y ello nos hace sentir tristes, ansiosos, frustrado, enfadado, inseguros… La baja autoestima afecta a un gran número de personas, pero a veces, no se sabe reconocer este problema que hace padecer tanto. Por ello, es importante saber reconocer las señales de la baja autoestima.

 

M&T cuenta con un grupo de profesionales que pueden ayudarte a hacer este transito mas dinamico.

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CONSECUENCIAS DEL ESTRÉS

Consecuencias del Estrés

El estrés es una reacción que puede provocar una gran diversidad de problemas de salud, desde ligeras molestias que no interfieren en el día a día, a graves consecuencias en la vida de la persona que lo sufre. Si bien todas las personas padecen estrés en algún momento de su vida, cómo se manifiesta y las consecuencias que genera el estrés varía de una persona a otra.

Consecuencias Psicológicas del Estrés

Algunas de las consecuencias psicológicas más frecuentes del estrés son:

  • Bajo rendimiento o mayor comisión de errores.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Preocupación constante.
  • Fallos de memoria.
  • Tics nerviosos.
  • Sensación de tensión constante.
  • Sensación de nerviosismo.
  • Problemas interpersonales.
  • Irritacion

Consecuencias Físicas del Estrés

Algunas de las consecuencias físicas descritas que puede provocar el padecer un estrés agudo o prologado sobre el cuerpo de las personas son:

  • Sudoración excesiva.
  • Bruxismo o rechinamiento dental nocturno.
  • Úlcera gástrica.
  • Cefaleas tensionales y migrañas.
  • Colon irritable, colitis ulcerosas, etc.
  • Dermatitis, psoriasis, etc.
  • Estreñimiento o diarrea.
  • Hipertensión.
  • Problemas musculares: lumbago, contracturas frecuentes, etc.
  • Problemas cardíacos: arritmias, taquicardias, etc.
  • Disfunciones sexuales: eyaculación precoz, falta de deseo sexual, impotencia, vaginismo, etc.

Por esto es vital atender tu salud mental.

Si padeces algunas de estas patologias, CONTACTANOS!!!

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DEPRESIÓN

Qué es la Depresión

La depresión es un estado mental caracterizado por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida generalizada de interés y disminución de las funciones psíquicas.

Depresión: SUS Síntomas

La persona que padece depresión se halla en un estado de ánimo melancólico la mayor parte del día, sufriendo una disminución acusada de la capacidad para experimentar el placer en casi todas las actividades, pues prácticamente nada le motiva.

En el sistema fisiológico, son síntomas físicos de una depresión los siguientes:

*Falta de energía, fatiga constante.

*Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos.

*Disminución de la capacidad para pensar y/o concentrarse.

*Notoria pérdida de peso – sin estar llevando a cabo dieta alguna –, o lo contrario, un aumento de peso sin circunstancias especiales que lo favorezcan.

*Trastornos habituales de sueño, ya sea insomnio (dificultad para conciliarlo) o hipersomnia (el caso contrario, sueño excesivamente prolongado y profundo).

*En cuanto a los síntomas psicomotores, podemos encontrar una excesiva agitación, o lo opuesto, un enlentecimiento psicomotor (reacción del organismo en la que todos los movimientos se suceden de manera retardada, como “a cámara lenta”).

Tratamiento:

Para entender bien las circunstancias que han propiciado la depresión, el primer paso es realizar una entrevista inicial exhaustiva. Esta entrevista consiste en analizar, a través del relato del paciente, su estado emocional, el motivo de consulta, la intensidad del problema y las repercusiones sobre la vida del paciente y las personas de su entorno.

Entendemos que la depresión es un estado mental promovido por experiencias del pasado o del momento actualsiendo las causas más habituales las siguientes:

  • La pérdida de un ser querido.
  • La ruptura en una relación sentimental.
  • La pérdida de un empleo.
  • La pérdida de una vivienda por falta de recursos.
  • La pérdida de un contexto vital por cambio de residencia.
  • Pérdida de la autoestima.
  • Pérdida de la capacidad de expresión de emociones.
  • Tener deseos irrealizables.
  • Estilos de relación deficientes.
  • Desesperanza con respecto a estos estilos de relación deficientes, dando lugar a la incomunicación.
  • Etc.

Hay ocasiones en las que dichas experiencias son reactivadas por microinteracciones con el entorno. Pasan desapercibidas porque tienen un impacto reducido, pero su acumulación en un contexto simbólico genera un estado de ánimo melancólico.

Los estados depresivos, además, se pueden intensificar con:

  • Modos de vida sedentarios y hábitos poco saludables (mala alimentación, consumo de alcohol…),
  • Mantenimiento de relaciones tóxicas en el hogar o el trabajo, así como a través de los efectos secundarios que provocan determinados fármacos.

Una vez que hayamos recogido información suficiente para contextualizar los síntomas de la depresión, se realiza un registro de los motivos y las circunstancias que han contribuido a su consolidación.

Posteriormente, analizamos secuencialmente los factores desencadenantes de abulia, disociación o tristeza. A tal fin, buscaremos los reguladores internos que, de forma implícita, socavan la identidad y la autoestima del paciente.

A lo largo del proceso terapeutico, promovemos la integración de las diferentes memorias cerebrales: la memoria semántica, responsable del “archivo de las emociones”; y la memoria episódica, que es el “archivo de los relatos”. para ayudar a que emerjan los recuerdos que sólo funcionaban en un nivel implícito, generando bucles de pensamientos rumiantes, intrusivos y compulsivos.

Asimismo, sobrevienen regresiones naturales, que ayudan a hacer catarsis que conectan con aquellas experiencias de duelo desactivadas, no elaboradas, disociadas o en estado de hibernación, pero que son la base de la tristeza que no hemos puesto en palabras. De esta manera adentramos al paciente a que siga transitando ese proceso que por alguna razón detuvo (el duelo no superado) y que hoy no le permite llegar a la plenitud que debería de tener. Este camino lo llevará a lo largo de un proceso terepéutico sostenido a la superación de la depresión

CONTACTANOS, NUESTRO EQUIPO DE PROFESIONALES ESTAN ESPERANDOTE PARA AYUDARTE A TRANSITAR ESE CAMINO.

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PAUTAS PARA CONTROLAR EL ESTRÉS

Pautas para Controlar el Estrés

1. Saber identificar las señales de estrés

Entender cómo se manifiesta el estrés en uno mismo es el primer paso para poder manejarlo. No podemos controlar el estrés si no sabemos que lo estamos sufriendo. Por ello, es importante identificar qué situaciones no nos hacen sentir bien y, de ahí, autobservarse para saber reconocer aquellas señales que se repiten en las situaciones que para cada uno son estresantes.

Para esto nuestro equipo procesional puede ayudarte. CONTACTANOS. Whatsapp 095.834-956

2. Conocer en profundidad los propios recursos y capacidades

Conocer las capacidades y potencialidades de cada uno nos permite saber qué recursos podemos desplegar en aquellas situaciones de estrés en las que tenemos dificultades para salir adelante. Esto nos dará seguridad y confianza cuando se presenten situaciones que puedan ser complicadas y a la vez nos permitirá saber en qué situaciones deberemos pedir ayuda para poder superarlas.

3. Potenciar aquellos recursos y capacidades que no se están usando

En ocasiones, tenemos la capacidad suficiente como para afrontar las situaciones estresantes, pero existen bloqueos que impiden desplegar dichos recursos de manera efectiva. En estas ocasiones, puede ser necesario pedir ayuda a un profesional para vencer los obstáculos, ya sean estos internos o externos, que impiden poner en marcha los recursos presentes en cada uno.

4. Aprender nuevos recursos y capacidades

Una vez identificados y potenciados los recursos y capacidades que cada uno tiene para superar situaciones adversas, se obtiene también conciencia de aquellos recursos y capacidades que pueden faltar en el repertorio de recursos de la propia persona. Es por ello que puede resultar muy beneficioso contactar con un profesional para poder aprender nuevas habilidades con las que desenvolverse en aquellas situaciones que generan estrés.

5. No ser perfeccionista

La obsecion por el perfeccionismo supone querer alcanzar siempre la perfección en todo aquello que se hace, y eso, simplemente, no es posible, es necesario asumir que hay cosas que se nos dan mejor y cosas que se nos dan peor. Las personas perfeccionistas se frustran cuando no consiguen hacer las cosas perfectas, sufren pensado si serán capaces de realizar cualquier labor a la perfección y no son capaces de disfrutar de los logros obtenidos si consideran que no han hecho su trabajo según su ideal de perfección. Todo ello genera un exceso de estrés realmente innecesario que se debe tratar de controlar asumiendo que todos somos imperfectos.

6. Aprender a decir “no”

Frecuentemente no se tiene el control sobre todos los factores o situaciones estresantes que nos afectan en nuestro día a día, pero en ocasiones sí se puede tomar el control de algunos aspectos, como ser selectivo en el desarrollo de actividades y tareas y aprender a decir “no” para evitar sobrecargarse. Hay que aprender a decir que no a una carga excesiva de trabajo, y también hay que saber decir “no” a los amigos, a la familia, a la pareja, incluso a los hijos. Es necesario disponer de tiempo para uno mismo para poder relajarse y controlar el estrés.

7. Llevar un estilo de vida saludable

  • Alimentarse de forma saludable con alimentos frescos y naturales en lugar de con productos prefabricados: priorizar carnes y pescados salvajes, frutas, verduras, legumbres… y evitar al máximo los productos procesados a base de edulcorantes, conservantes, emulsionantes, harinas refinadas, grasas saturadas, etc.
  • Mantenerse hidratado bebiendo agua: una buena hidratación es fundamenta para mantener un estilo de vida saludable, lo ideal es beber al menos dos litros de agua al día.
  • Evitar el abuso de bebidas estimulantes como café, té o bebidas energéticas, ya pueden tener un efecto perjudicial en nuestro estrés diario.
  • Dormir lo suficiente: descansar entre 7 y 9 horas durante la noche ayuda a afrontar el día a día con más energía y tener más claridad mental. Todo ello hará que manejar las situaciones estresantes sea más fácil.
  • Realizar ejercicio: realizar alguna actividad física de forma continuada es la mejor forma de controlar el estrés. Cuando hacemos ejercicio, además de liberar tensiones, nuestro cerebro libera sustancias químicas que actúan reduciendo los efectos negativos que el estrés produce en nuestro organismo, tanto a nivel físico como psíquico.
  • No consumir drogas o sustancias nocivas: pese a que pueda parecer una obviedad, un gran número de personas recurre a sustancias nocivas como el tabaco, el alcohol o algún tipo de droga, para tratar de aplacar las sensaciones que se producen en situaciones de estrés; cuando realmente este tipo de sustancias acaban agravando la situación.

8. Gestionar el tiempo

Una vez se tiene conocimiento de cómo afecta el estrés a cada persona y de qué se puede hacer en situaciones estresantes, de qué recursos y capacidades dispone cada uno, es importante establecer objetivos y marcar prioridades. Decidir qué cosas se deben hacer en primer lugar y qué cosas deben esperar hasta más tarde, aceptando que no siempre es posible que uno mismo lo haga todo, es una de las maneras más efectivas de controlar el estrés.

9. Relativizar

Debemos tratar de entender las situaciones, los hechos, los acontecimientos estresantes en su contexto y no de forma aislada, y también debemos ser capaces de reconocer y asumir aquello que no podemos cambiar. Identificar e interpretar correctamente aquellas situaciones que nos generan estrés, aceptar nuestros límites, saber hasta dónde podemos llegar y actuar, es muy importante para poder controlar el estrés.

 10. DESARROLLO DEL ÁREA social

Pasar tiempo con familiares, amigos y seres queridos puede ayudarnos a sentirnos mejor y sobrellevar aquellas situaciones en las que el estrés ha hecho mella en nosotros. Es importante no dejar que el estrés se interponga en nuestra vida social. Apoyarse en personas significativas del entorno puede ayudarnos a resolver o afrontar aquellos problemas o situaciones en las que nos sentimos atrapados, o simplemente puede ayudarnos a sentirnos apoyados y entendidos y, gracias a ello, sentirnos mejor.

En M&T contamos con un grupo de profesionales que queremos ayudarte a desarrollar una vida plena. CONTACTANOS!!!

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TRANSTORNO DEL SUEÑO

¿Qué son los Trastornos del Sueño?

El trastorno del sueño se caracterizan por ser una dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, problemas para permanecer despierto, problemas para mantener un horario regular de sueño o comportamientos inusuales durante el sueño.

Síntomas de los Trastornos del Sueño

El sueño es una etapa de reparación del organismo durante la noche, que nos permite rendir de forma óptima a lo  largo del día, por lo que dormir adecuadamente es un proceso fundamental para mantener un buen estado de salud física y mental.

Son múltiples las causas que generan alteraciones del sueño. En muchas ocasiones, durante las horas de sueño, se descarga el estrés acumulado durante el día, lo que influye negativamente sobre la calidad y la cantidad del sueño. En otros casos los trastornos del sueño son consecuencia del padecimiento de otras patologías como la depresión o la ansiedad. Otras causas de los problemas del sueño pueden estar relacionadas con los hábitos adquiridos, como por ejemplo, a consecuencia de un exceso de carga laboral.

Estas alteraciones, mantenidas en el tiempo, pueden dar origen a diferentes trastornos de sueño, los más habituales son:

  • Insomnio: dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido.
  • Somnolencia diurna: dificultad para mantenerse despierto durante el día, llegando a quedarse dormido en momentos inapropiados.
  • Problemas con el ritmo del sueño: problemas para mantener un horario regular de sueño, debido a la desorganización del ciclo sueño-vigilia.
  • Parasomnias: conductas anormales durante el sueño (sonambulismo, despertar confusional, pesadillas,etc).
  • Bruxismo nocturno: cierre enérgico de la mandíbula superior e inferior durante el sueño, generalmente asociado a un exceso de estrés.

Las consecuencias físicas y mentales que se derivan de no disfrutar de un descanso reparador a través del sueño son muy diversas, entre las que cabe destacar:

  • Pérdida de energía, sensación de cansancio, agotamiento.
  • Descenso de las capacidades cognitivas: dificultades para la concentración, pérdidas de memoria, déficit de atención, problemas de percepción…
  • Alteraciones en el estado de ánimo, como mayor irritabilidad o tristeza.
  • Enlentecimiento psicomotor (reacción del organismo en la que todos los movimientos se suceden de manera retardada, como “a cámara lenta”).
  • Falta de regulación metabólica con la comida, por ejemplo, patrones irregulares de ingesta de alimentos.
  • Problemas en el ámbito de la sexualidad, por ejemplo, falta de deseo sexual.

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SOBRE NOSOTROS

M&T Servicios Profesionales nace de un proyecto de dos Psicólogos que deciden llevar adelante un espacio que nuclea a un grupo de profesionales de la salud mental con años de trayectoria. Están formados en varias líneas de trabajo, con el fin de prestar servicio de atención psicológica a las personas de las ciudades de Montevideo, La Paz, Las Piedras y Progreso.

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